De manera tal que prácticamente fué pesadilla, la temporada terminó para los rojinegros, luego de la aberrante derrota por 5 goles ante el Pachuca, lo que dejó a la Fiel (una vez más) sin la ilusión de un campeonato que tenemos años suplicando.
Del partido, realmente no tiene mucho sentido hablar, si acaso rescatable el primer tiempo en el que el Atlas tuvo un par de jugadas importantes de gol, pero que no pudieron ser concretadas por los delanteros. En este primer tiempo Botinelli y Vargas tuvieron una buena participación, que sin embargo no pudo ser reflejada en el marcador. Para el segundo tiempo la salida de Vargas terminó afectando al “pollo”, que se perdió sobremanera en el campo. Mención aparte para el capitán Bruno Marioni, que, justo sea decirlo, corrió, gritó y buscó que el equipo siguiera buscando el gol que diera la tranquilidad al juego, pero que francamente de unas jornadas para acá, su aporte en la delantera ha pasado de excelente (muy alto) a horrible (muy bajo). Los años le pesan al “barullo”, y ya no tiene el tino ni la habilidad de hace algunos ayeres. Esta noche en particular, tuvo un partido desastroso, en la que la única oportunidad clara que tuvo terminó regalandola a Calero, y hasta se dió el lujo de fallar horriblemente el pegarle a una pelota…
Sin embargo, y curiosamente coincido con los comentaristas de tv, la eliminación del torneo no se dió en el partido contra el Pachuca. La eliminación se dió en el empate en Monterrey cuando se tenían 2 jugadores más. La eliminación se dió cuando no se pudo abrir la defensa de Tecos o la del Toluca. Se dió en la goleada en contra en Torreón y en Morelia. Después de 9 partidos sin derrota, el equipo sufrió un bajón enorme… ya sea por la cuestión económica, eterno mal de la institución, por la lesión de gente importante como el “pechus”, que el equipo no haya sido armado por el técnico, que pudo haber desembocado en las constantes críticas de éste hacia éstos, o por lo que sea que haya sucedido, la etapa final del campeonato dejó demasiado que desear.
En mi muy personal opinion, el equipo titular era un cuadro fuerte, aunque si bien algo irregular. Así como puede pelearle a equipos del nivel que actualmente están teniendo Pachuca y Toluca, a veces muestran una capacidad increible para tener fallas frente al marco. Sin embargo, el principal problema está definitivamente en la banca. Me tocó ver una parte del Milan – Juventus, en el que en la banca estaban jugadores como Pato, Ronaldinho, Gatusso y Sheva por los rossoneri, como Del Piero y Trezeguet de los visitantes, por mencionar algunos. Estos jugadores podrían ser titulares en cualquier otro lugar del mundo, y acá están, por disposición táctica o lesiones, calentando la banca. Si vemos por ejemplo a los jugadores que entraron de cambio el sábado pasado: Paganoni, Vera y Achucarro, el único que pudiera tener nivel titular es el último, y que lamentablemente desde la lesión sufrida hace un año no ha podido recuperar un nivel siquiera aceptable. Ninguno de los 3 puede pelear un lugar en algún equipo de primera división decentemente, y sin embargo en Atlas son las variantes en busca de soluciones cuando el partido está cerrado.
Si Atlas quiere aspirar en un futuro realmente al campeonato primero que nada se necesita una directiva comprometida con la búsqueda del título, que invierta tanto en jugadores titulares como de reserva, que se tenga al cuerpo técnico capacitado y dispuesto, y que se olvide de peleas internas de poder en beneficio de la institución.
